Bitcoin se crea por el acto de la minería. Los miembros de la red aportan su poder de computación para la realización de cálculos de problemas matemáticos y como recompensa por su esfuerzo, reciben bitcoins como premio. Sin embargo, cuantos más miembros estén minando, mayor será la competitividad. Los ordenadores son muy buenos en la resolución de estos problemas matemáticos, por lo que la Red Bitcoin hace que la solución sea cada vez más difícil a propósito. De lo contrario, todos los bitcoins serían minados en pocos minutos. Es por ese motivo que en el mercado ya hay muchos hardwares altamente especializados cuyo único propósito es minar bitcoins.
Como se lanzan nuevos modelos con bastante frecuencia, todos deben optimizar regularmente sus equipos de minería para mantenerse competitivos. Cuando se lanza al mercado un nuevo equipo de minería, los anteriores se quedan obsoletos rápidamente y dejan de ser rentables. Al mismo tiempo, este desarrollo gradual de la tecnología aumenta la dificultad general de la minería. El resultado es un círculo sin fin de constante necesidad de optimización. Esto explica porqué es esencial comenzar con el mejor hardware disponible y hacerlo de forma inmediata, para minar de forma rentable durante tanto tiempo como sea posible y sin perder ni un minuto de valioso tiempo de minado.